sábado, 4 de febrero de 2012

Para ti…


Siete meses atrás la vida se encargó de cruzar nuestros caminos, tengo entendido que el de arriba suele hacer las cosas por algún motivo, pero a pesar de la habilidad que suponía tener para saber interpretar esta especie de “designios”, hasta el día de hoy no logro interpretar aquella razón.
Nos conocimos, no sé si de la mejor forma, aunque debo confesar a veces que he llegado a creer que tal vez y fue de la peor manera. Frustramos el olvido y la separación de nuestros caminos desde que decidimos descubrir quiénes éramos nosotros mismos. Los eventos que sucedieron luego, solo tú y yo los conocemos y somos conscientes, creo yo, no solo del bien que nos hicieron sino de la forma en que estos nos unieron.
Fui consciente del juego que protagonizábamos pero mi subconsciente fue el culpable de las siguientes confusiones. Tú tenías que partir y yo tenía que quedarme. Tú tenías que dejar de acompañarme y yo acostumbrarme a tu ausencia. Aquellos días trabajaba en mi conciencia la idea de no volver a verte, pero los lazos que nos unían y las experiencias vividas, pocas pero muy significativas, fueron aún más fuertes. Redescubrirte fue bonito, reencontrarte fue aún más interesante.
Fue la primera vez que me nacía solo hacerle el bien a alguien, fue la primera vez que tenía la necesidad urgente de protegerte, fue la primera vez que solamente pensaba en qué hacer para poder verte feliz y te lo dije muchas veces y creo que lo sentiste y lo sabes. Mi error, si le puedo llamar así, tal vez pudo ser enamorarme, pero se también, y creo lo sabemos, no fuiste indiferente.
Y es que no se por qué te tuve que conocer así de entre tanta gente y porqué mi corazón y mente elegirte. No pretendo ser tu dueño y mucho menos ser tu amante, pues ahora tengo claro que tu cariño es muy grande, pero no tan significante.
Hoy estamos algo lejos, pero creo que la mente aún nos une, sabemos que nuestro recuerdo es compartido y sobre todo que aunque hayamos intentado, ya pasamos la barrera del olvido. Recuerdo aquella tarde en la que me decías que no podías dejar de verme, porque me consideras importante, porque entré en tu vida y no puedo salir de ella, y es que esas frases fueron tan bellas que mi mente y corazón hasta hoy lo agradecen.
Olvidar nuestras “salidas” es poco factible, pues creo ambos recordamos nuestra mesa favorita, aquella que a pesar del tiempo sobrevive y ya está cochinita, pero allí estará recordándonos nuestras noches de plática, nuestro momentos de risa, nuestros momentos compartiendo o discutiendo por alguna porción de comida, nuestro aburrimiento por el retraso en la recepción de “la orden del día” y muchas otras cosas que al recordarlas solo, créeme, me dejan una enorme sonrisa.
Cómo olvidar también nuestras discusiones, por mis metidas de pata y nuestras confusiones. Y ni hablar de nuestros abrazos; he sentido en cada uno de ellos, algo que jamás sentí con otras personas. Aquellos abrazos en los que echados simplemente apoyábamos nuestra cabeza una al lado de la otra, aquellos abrazos con los que simplemente quedábamos en silencio haciendo de aquel momento un instante eterno. Aquellos instantes en los que en el silencio de cuatro paredes más un techo solo escuchábamos nuestros latidos. Aquellos momentos en los que tu cabeza tocaba mi pecho y yo con mi mano en tu mejilla o tomándote la mano o sobando tu orejita. Aquellos instantes en los que solo nuestra música favorita nos acompañaba. Aquellos abrazos de despedida que parecían infinitos, aquellos en los que parecía que nuestro silencio se llenaba con miles de palabras, palabras que ni tu ni yo éramos capaces de decirnos.
El sentir tu mejilla tocando la mía en el silencio de un abrazo, tu rostro descansando en mi cuello, el tener mis brazos mezclados con los tuyos, la fuerza del lazo armado por nuestros cuatro miembros confirmando tanto el cariño que ambos nos tenemos.
Y es que creo que te conozco desde la punta del pelo hasta la punta del pie, conozco tus detalles y tus defectos, sé lo que no te gusta de tu cuerpo, y conozco aquellos detalles que te desagradan de ti, aunque simplemente sean detalles que ambos conocemos.
Recuerdo aquel momento en el que descubriste tu mano conmigo, a pesar de tu vergüenza y tu impaciencia por mi insistencia, debo confesarte también que he visto en algún momento aquel detallito en tu pie del que tímidamente me comentaste alguna vez. Creo conocerte aunque a veces hay cosas tuyas que me sorprenden. Eres impredecible a pesar de aparentar ser lo contrario. Eres algo que nunca me había pasado.
La vida, el corazón y el cerebro tal vez me jugaron chueco, no sé si tú pienses lo mismo pero yo así lo creo. Hemos intentado separarnos y me parece absurdo, a veces saber que no podemos.
Sé que no escribo ninguna novedad en estos textos, sabes que amo lo que hago, sabes que amo escribir, sabes que no hago esto por incomodarte, simplemente lo hago porque es mi idioma y no tengo otra forma de expresarme. Sé que no soy el último ni el primero que caiga en esto, y sé que mucha gente tal vez se identifique con estas líneas.
Cómo olvidarnos, si nos vemos casi a diario, cómo no querernos después de todo aquello que tenemos, cómo no hablarnos si nuestras almas gritan que conversemos. Hemos aprendido juntos que muchas veces lo que parece justo para ambos, termina siendo injusto para todos.
Corrígeme si me equivoco, pero no nos agrada la idea de olvidarnos, no nos agrada la idea de no hablarnos, no nos agrada la idea de no vernos, y todo esto porque sabemos cómo nos queremos. No sé si la vida se empeñó conmigo, pero debo aceptar que me gusta mucho estar contigo.
Sé que tienes otra vida, se que tienes otro cariño, se que tienes mil razones, y créeme comprendo todas y cada una de ellas. Hemos hablado infinitamente del tema, pero me parece importante dejarte un registro de todo lo que para mí, hasta este momento tal vez ha sido una de las cosas más importantes.
Al margen de todo lo que pase en el futuro, sabes que siempre me tendrás a tu lado, lo sabes y lo hemos conversado, no hay forma, creo, de separarnos. Sé que cada quien en algún momento tomará su camino, tu ya lo decidiste por tu parte y créeme que yo intentaré por la mía.
Hoy no quiero que existan más mentiras, aunque creo que nunca las hubo desde que decidimos compartir nuestras vidas. Es difícil escribir esto pero siento que debo hacerlo, siento que debo escribirlo, siento que debo contarlo y siento, sobre todo, que tu deberías saberlo y tomar este artículo como parte de un recuerdo.
Este mes es muy bonito, y sabes a qué me refiero, este mes es 14 de febrero, y yo te saludaré por el día del amigo, es correcto y debo hacerlo porque sabemos que a pesar de todo, eso es lo que somos y seremos. Porque un amigo te protege, porque un amigo te quiere, porque un amigo se preocupa por ti, porque un amigo puede darlo todo a cambio de nada, porque un amigo siempre está al pendiente aunque no lo notes, o siempre estará pensando en ti aunque no lo llames, un amigo siempre pedirá en sus oraciones por ti, un amigo siempre estará allí por ti y para ti.
¿Qué pasará en el futuro?, ni tu ni yo lo sabemos, ¿Qué sucedió en el pasado? Tú y yo ya lo hemos conversado y lo tenemos claro. ¿Qué está pasando en el presente? , que tú estás por allá y yo estoy, por el momento, ausente.
Nuestro reencuentro supongo será bonito, o tal vez no te reconozca porque te verás diferente y sabes a qué me refiero, se me escapa una sonrisa “cagona” en mi cara “cachacienta”, como sueles decir que la tengo, en este momento. Bueno se acaba el espacio y es hora de decir hasta luego.
Sabes que te quiero mucho, sabes que aunque no te “joda” te recuerdo, y sobre todo sabes que siempre voy a estar allí, para cualquier momento. Me toca decirte hasta luego, ya es de muy noche tengo fiebre, algo de gripa y sueño, cuídate mucho, y espero que estés bien, se me acabaron las palabras, espero estés y seas feliz. Si tú lo estás, yo también lo estaré. Yo supongo estoy bien aquí, ya nos volveremos a ver… y si no, pues el destino caprichoso hará que volvamos a chocarnos. Tenlo por seguro que sí, recuerda lo que una vez me dijiste: hay gente que llega a nuestras vidas para quedarse… y en nuestro caso, creo que ambos seremos eternos…
Feliz día de la amistad, feliz día de San Valentín, feliz día del amor, feliz 14 de febrero…