lunes, 24 de diciembre de 2012

Feliz Navidad… ¿No?

Estamos a pocas horas de conmemorar una de las fechas más bonitas y especiales del año, la navidad. Una fecha en la que por tradición el ser humano busca la felicidad, la tranquilidad y el calor de hogar con los suyos. Esta navidad es muy especial y particular, esta navidad no será feliz, esta navidad será triste, hago el recuento de este año y aunque por un lado está el balance de todo lo bueno que he vivido, experimentado y sentido, está también todo lo negativo y triste que hasta el día de hoy ha pasado. Hoy a las doce de la noche mientras el resto de familias estén sentadas al pie de una mesa abundante, tal vez y yo esté en mi cama, pensando en todo aquello que sucedió. En las personas que este año se me fueron, en las personas que este año me arrebató, en aquellos que ya no están conmigo, y en los que aún estando vivos no veo, no recuerdo, o simplemente los eché al olvido. Se supone que esta fecha es de unión, de regocijo, de felicidad, y de regalos. Es un día en el que aprovechamos para practicar aquella abrazo-terapia que deberíamos realizar a diario. Hoy abusemos del cariño de los nuestros del amor de los que nos rodean. Esta navidad me hace recordar muchas cosas, tal vez y no debería pensarlas, tal vez y ni siquiera escribirlas, pero es inevitable, escribir es mi religión, es mi forma de decir las cosas. ¿Feliz navidad?, sabiendo que extraño a muchas personas que no están hoy conmigo, ¿Feliz navidad?, sabiendo que el rencor de otras personas es más grande que todo aquello que alguna vez nos unió. ¿Feliz navidad? Sabiendo que hoy en mi mesa habrá un espacio vació adicional, ¿Feliz navidad? Sabiendo que tal vez mucha gente debería estar aquí y ya no está. Días atrás el ser humano volvió a jugar con la fecha predilecta para que se acabe el mundo. Y muchos nos quedamos esperando el momento, deseando quela hecatombe estalle en la tierra, sin embargo tal vez el fin de nuestro mundo lo estamos viviendo día a día. Esta navidad intentaré ser feliz, esta navidad intentaré sonreír una vez más, esta navidad recordaré a aquellos que me abandonaron sin querer y no están físicamente conmigo, esta navidad sonreiré recordando todo lo bonito que alguna vez nos unió, lo que nos hizo amigos, lo que nos hizo entrañables, recordaré todo aquello que hoy me hace sentir vacío y llorar su ausencia. Y los recordaré no por el placer masoquista que muchas veces me acompaña, lo haré porque después de todo si están o no hoy cerca a mí, los sigo recordando por aquel significado que su existencia dejó en mí. Hoy muchos pavos morirán, hoy muchos niños llorarán, hoy muchos adultos también, muchos padres recordarán a sus hijos, muchos hijos recordarán a sus padres, muchos amigos recordarán a sus amigos. Navidad, maldita y bendita fecha a la vez, qué alegría y tristeza me das al mismo tiempo. Navidad fecha de amor, de reconciliación, fecha de muchas cosas que muchas veces no tenemos, que muchas veces no sentimos, pero luego qué bien que las reemplazamos. Esta noche pensaré en ti que no estás aquí, esta noche pensaré en tu sonrisa, esta noche pensaré en tu mirada, esta noche pensaré en todo aquello que nos hizo amigos, en todo aquello que nos marcó, en todo aquello que desapareció, en todo aquello que dejaste que suceda, en todo lo que tus decisiones significaron para conmigo, para mi familia, para mis amigos, esta noche recordaré a mi muertos, esta noche recordaré a mis zombis, esta noche recordaré a mis caídos, a recogidos, a mis derrotados, a mis admirados, a mis elogiados, a mis amigos, a mis no amigos, a mi familia, a aquellas personas que cruzaron este año por mi vida. Esta noche intentaré pasarla bien, después de todo de eso se trata la navidad, de recordar el nacimiento de un ser que cambió el mundo, si existió o no, no me interesa, si sus milagros fueron ciertos o no, tampoco. Lo cierto es que hace 2012 años nació un ser que vino a cambiar la historia de muchos, y creo que de eso se trata esto. De la esperanza, del renacimiento, de comenzar de nuevo todo, con la ilusión de hacer de nuestra vida una vida y un mundo para los demás, aunque para el mundo muchas veces no seamos nada. El significado de mi navidad el día de hoy cambió, gracias a aquellos que estuvieron siempre conmigo, a aquellos a los que aunque no vea o sienta físicamente noche a noche logro escuchar sentir su abrazo o sus palabras, a aquellos que me enseñaron este año que todo puede comenzar de cero, a aquellos que me enseñaron que las cosas no son tan fáciles, a los que decidieron “matarme” aún estando vivo, a las personitas nuevas que conocí a aquellos nuevos amigos y amigos que aparecieron y se dejaron conocer y sobre todo a ti que estás leyendo esto, y te tomaste la molestia de llegar hasta acá, gracias por compartir conmigo mi visión positiva y negativa de esta navidad, gracias una vez más por permitirme llegar a ti , y sobre todo por ayudarme a realizar parte de lo que quiero hacer de mi en ti, trascender. Feliz navidad, pásala rico y sobre todo te escribo UN FUERTE ABRAZO… Feliz navidad… ¿No?

miércoles, 4 de julio de 2012

Querido Rolo:

Era lunes por la mañana y desde la pantalla de mi celular vi tu foto por facebook, me
alegré mucho pensando que al fin habías creado una cuenta en esa página, sin embargo cuando leí el mensaje prescrito en la parte inferior, no pude creerlo. ¿Sabes?, pensé que se trataba de un sueño, y recuerdo haber cerrado los ojos esperando despertar. Lamentablemente ya pasaron varios días y no puedo hacerme a la idea de que tu partida física sea una realidad. Noble amigo, incansable crítico semanal de todos y cada uno de mis artículos, se que ahora estás en todos lados pero debo aceptar que tu presencia física me hará falta. ¿Cómo olvidar tu mirada cálida, con esos ojitos claros y saltones que la vida te regaló?, ¿Cómo no querer volver a experimentar el placer que era debatir en amplias conversaciones contigo?, ¿Cómo no desear volver a filosofar a tu lado acerca de cualquier tema que se nos presentase?, ¿Con quién bromear ahora de forma tan sutil, tan inteligente, tan elocuente?; ¿Con quién mantendré ahora las conversaciones más interesantes e inteligentes que he tenido en mi existencia?. ¿A quién volveré a oír aquellos irreverentes chistes en diferentes idiomas?, ¿A quién hacer preguntas complejas para encontrar respuestas sencillas?, ¿Con quién bromear entre tragos con el tacto único y hermosamente decorado por tus palabras?. Rolo, fui al lugar en el que resguardaban tu recuerdo y hubo mucha gente, sentado allí pensando en muchas cosas, mientras veía a tu logia predilecta escoltando tu cuerpo, no podía imaginarte de otra forma más sino con el pecho hinchado del orgullo. Y se me hacía fácil sonreír porque casi podía escucharte hablarme, porque casi pude sentirte en ese momento. Amigo, se que te fuiste feliz, se que echadito en aquella caja de madera que hoy te acobija escuchaste con pleitesía los coros de tu propia misa. Y era imposible, para mí, no recordar aquellos momentos en los que nos reuníamos para escuchar tu música favorita, aquella que convertiste en mi predilecta también, ¿Cómo olvidar aquel momento en el que compartiste conmigo gran parte de tu colección de coros celestiales?, y las decenas de discos que escuchábamos sin parar cada uno mejor que el otro. Te pido me disculpes, porque sé que no te gustó verme llorar, y créeme que intenté no hacerlo porque sabía que te molestarías, pero era imposible. Sí, soy humano, una criatura más de la creación, como solías llamarme ¿lo recuerdas?, y como humano no adquiero aún la capacidad para ocultar mis sentimientos. Y es que es imposible no apenarse ante tu partida. El cuerpo obedece, pero el alma no sabe de razones amigo y estalla en llanto. Hombre de infinita sabiduría, el ser más culto y a la vez extrañamente sencillo que he conocido, duele tu ausencia porque como tú no habrá otro Rolo, son muchos los momentos que recuerdo a tu lado, muchas la veces que hemos reído, muchos los momentos compartidos. Se me va un amigo, se va parte de mí, se me va un sabio, se me va un maestro, se me va un ser único e incomparable. Queda corto el espacio para comentar todo aquello que vivimos y de las mil y un cosas que conversamos. Se contundente en tus artículos – me decías siempre con tu puño cerrado - y recuerdo como te hacía renegar, como me observabas cada cosa, y era un placer para mi saber que me leías, era un placer para mi obtener tu crítica, era un placer para mi tenerte a mi lado, era un placer para mi, saberme tu amigo. Hoy todos los que te conocemos superficialmente, sabemos que físicamente te hemos perdido, pero aquellos que conocemos un poco mas de ti, sabemos que ahora estás en todas partes, formando parte de la misión directa de el Gran Arquitecto del Universo y te imagino como un Maestro de Obra, tal cual lo fuiste en este tercer planeta. Hoy tengo la seguridad de que aunque lloremos aquí tu partida, allá donde estás tú, en el mundo de la luz debes estallar en infinita felicidad, y escucharás todos los días y todo el día a los coros celestiales, esos con los que disfrutabas aquí escuchando a las burdas imitaciones humanas. Y no te imagino de otra forma, tal vez y pidiendo arriba a los ángeles que repitan una y otra vez el Ave María, tu canción predilecta, tu canción favorita. Quiero ser contundente Rolo, pero termino desvariando en la inmensidad y la extraña y simple complejidad de todo aquello que significaste en nuestras vidas. El mundo te ha perdido, tus amigos te extrañaremos, pero me queda el consuelo de saber que estás al lado de mi Barbón, como le digo yo al que tú llamas Gran Arquitecto. Y vaya que lo es, y sé que parte de su obra universal fue dejarte en esta vida material, no solo para alcanzar la perfección de tu alma celestial, sino también para que enseñes a vivir a todos los que te rodeaban y supieron alguna vez de ti. Y vaya que lo hiciste y vaya que lo lograste. Tu legado queda querido amigo, y quienes te conocimos no dejaremos que tu recuerdo se pierda en el olvido, porque tu alma ha trascendido, porque tú estabas lejos de la imperfección común y corriente de cualquier ser humano, porque tal vez y tu presencia en nuestras vidas no fue humana, porque tu alma tocaba directamente el alma de aquellas personas que conocías, porque tu paso por nuestras vidas fue tan solo una vez y cualquier cosa buena que puedas haber hecho o cualquier amabilidad que puedas haber tenido con algún ser humano, la hiciste en su momento, pues sabias que no se repetiría y estabas seguro que no pasaría de nuevo, porque eso es lo que fuiste y estoy seguro seguirás siendo, un ángel de paso amigo, un ser de luz, un ser trascendental y lleno de magnanimidad. Descansa tranquilo Rolo, nosotros tus amigos ya estamos en camino…

sábado, 21 de abril de 2012

De repente…


De repente te das cuenta que algo en tu vida no anda bien, y decides que algo dentro de ti debe cambiar, comienzas a pensar, a suponer, a recordar, en qué momento cambiaron las cosas, en qué instante se comenzó a joder tu vida.
De repente te das cuenta que todo aquello por lo que trabajaste por mucho tiempo no era lo que realmente querías, sino solamente los que lo demás aspiraban que tu alcances. De repente y te das cuenta que tu vida no es perfecta, que aquellos en los que creías como modelos a seguir, realmente no son perfectos, y te das cuenta porque los sientes humanos, porque vas creciendo y conociendo sus “humanidades”, porque realmente y aunque muchos lo quisiéramos, no existe el ser humano perfecto.
De repente y descubres muchas verdades ocultas detrás de personas, detrás de acciones, detrás de gestos, detrás de casi todo aquello que te rodea, y descubres que realmente mucho de lo que viviste, mucho de lo que pensaste y mucho de aquello que considerabas algo o alguien realmente se sostiene sobre la nada.
De repente y descubres que aquella persona en la que confiabas, no era realmente confiable, y te pasas los días pensando porqué, y derramas lágrimas de coraje, lágrimas de impotencia, lágrimas de infelicidad, lágrimas del absurdo, del sentimiento de saberse engañado, del sentimiento de saberse tonto, mentido, burlado, utilizado.
De repente pasa el tiempo, en un abrir y cerrar de ojos, los días pasaron, te detienes y piensas, y te das cuenta que algo dentro de ti, ha cambiado, que sin darte cuenta el tiempo ha moldeado mas tu mente, tus sentimientos, ahora eres otro, o aparentemente eso crees. De repente y la gente que amas se te va, o los seres que quieres desaparecen, se alejan, y sabes que no los volverás a ver, y sabes que los has perdido físicamente para siempre, y quieres desaparecer también.
De repente reaccionas, y te das cuenta que no puedes continuar así, y decides aceptar muchas cosas y decides cerrar etapas, decides darle vuelta a la página, decides terminar de leer el último capítulo de la historia de esa parte de tu vida. Y aunque sabes que el capítulo tal vez no tenga aún el final feliz que deseas, te queda la esperanza de saber que aún no termina.
De repente y vas andando por la calle y una persona llega y afecta tu vida, de repente y andas perdido en la nada de tus ideas, en lo cotidiano de tus días, y aparece esta persona, tu ni sabías que existía, pero por algo se cruza en tu camino, y es que hay dos formas de conocer a un ser humano; de pasada, y para toda la vida.
De repente y te das cuenta que un gesto tuyo puede afectar a alguien más de lo que esperabas, de repente y sin querer te la pasas haciendo daño a la gente que te quiere, de repente llegan a tu mente un montón de recuerdos infelices, y lloras de amargura y vuelves a descubrir tus heridas, y vuelves a sentirte humano, y recuerdas que tenías lágrimas, recuerdas que es sangre lo que corre por tus venas, recuerdas que es un corazón aquello que te mantiene vivo, recuerdas que la gente que amas es el motor que activa todos tus días, recuerdas a quienes no debes recordar, porque sabes que quiérase o no te enseñaron algo especial y tienen también en tu mente un cuarto especial.
De repente y sientes que tu mundo se acaba, que las fuerzas te abandonan, que ya no puedes mas, y es que hay momentos en que el alma nos pide a gritos llorar, de repente y es tiempo de hacerlo, y te das cuenta de lo rico que se siente luego, de lo pesadas que aquellas gotas de agua salada dentro de ti resultaban y de lo ligero que sientes tu cuerpo una vez terminado aquel rito de purificación espiritual.
De repente ves el calendario, miras el reloj, y te das cuenta del tiempo que pasó, te miras al espejo y recuerdas aquella sonrisa que tenías ayer, y te das cuenta que tu rostro cambió, que tu vida no es tal vez lo que esperabas, pero lo peor de todo es que a pesar de ver eso, solo volteamos la mirada y seguimos en el mismo camino.
De repente nos cansamos de todo, y comenzamos de nuevo, y deseamos regresar los buenos tiempos y nos permitimos cambiar, y nos permitimos hacer lo que nunca hicimos, y nos permitimos amar como nunca hemos amado, y nos permitimos decir lo que nunca hemos dicho, y nos permitimos ser felices, y nos permitimos ser nosotros mismos… de repente, hacemos una pausa mas, cerramos los ojos, respiramos, y nos damos cuenta que nada ya será igual, y que al levantar de nuestros párpados, nuestro ser se habrá renovado, y habremos crecido, y habremos madurado, de repente y habremos aprendido, de repente…

viernes, 13 de abril de 2012

Carta a la muerte…

Una vez más apareces de la nada, llevándotelo todo cuando se te da la gana.

Sigo haciendo cálculos, sigo tratando de asimilar, sigo preguntándome porqué, sigo buscando alguna lógica a tus decisiones, no entiendo como hay gente que te venera y hasta te llama santa, no comprendo, simplemente no comprendo... muerte, se que el día que nos encontremos develaré todos tus misterios.
Tu, maldita e indeseable amiga, se que un día de estos me visitarás. Y aunque las muestras de tu trabajo las apreciamos a diario, siempre serás la cruel repartidora de desazón, de tristeza, de lamentos, de miseria, de zozobra.
Esta semana me demostraste que tu empleo no tiene lógica, esta semana te luciste, hiciste que recapacite acerca de lo frágil de nuestra existencia, de lo tan efímero que puede resultar nuestro paso por esta forma de mundo. Tu, desgraciada aniquiladora de existencias, de presencias humanas, tú que arrancas la vida, destrozando a tu paso la de los demás, tu inmortal y maldito necesario mal, ignoro si disfrutas tu trabajo o tal vez y sea un castigo tu existencia en el paralelo de nuestros mundos.
Pasan por mi mente los momentos en los que cumpliste tu labor cerca a mí. Tu recuerdo no me es grato por más que intente buscar un solo instante. Tu, eterna desgraciada, maldita y huesuda caminante; te he sentido cerca ya dos veces y recuerdo tu coqueteo y zarandeo, tu sonrisa siempre presente, tus ojos profundos mostrando la oscuridad en la que probablemente muchos de tus acompañantes caigamos. Tu, que definitivamente uno de estos días venideros me ganará la carrera y me alcanzará, tu flacucha desgraciada de la que no podemos huir, prometo encontrarte, y el día que nos veamos te haré muchas preguntas, no daré ni un solo paso en falso, aunque intentes jalarme, mi fuerza de voluntad será mayor y descubriré finalmente todos tus misterios, lo prometo.
Puedo imaginarme el momento de nuestro encuentro, estoy seguro nos encontraremos alguna tarde de estas que vengan, y tu sonreirás y créeme que yo también. No entiendo tu trabajo, pero trato de comprenderlo. Espero seas ciega y no una despistada, porque hasta este momento tu trabajo no tiene alguna lógica humana. Haces siempre con nosotros lo que quieres, no te importa la edad, no te importa el sexo, ni siquiera si alguien merece o no acompañarte. Eres impresionantemente impredecible y eso, te hace tan atractiva como indeseable. Espíritu maligno o ángel benigno, me pregunto en este instante si tu trabajo es independiente o solo sigues las órdenes y designios de alguien superior a ti.
Ayer recorrí el mismo camino de siempre, y visité tu sucursal de tristeza, ayer no me sentí bien, porque te sentí a ti, y aunque digan por ahí que debemos pensar en recibirte con alegría porque eres la puerta a un mundo mejor, mi conciencia terrenal aún, y mi egocentrismo humano no me permiten verte si quiera con el más mínimo sentimiento de felicidad.
Ojalá y todos bailáramos a tu encuentro, ojalá y seas realmente motivo de fiesta, no solo para los que llevas, sino también para los que quedamos. Y es que sigo sin entenderte, sigo sin concebir tu misión, sigo sin concebir las políticas y normas de tu trabajo. Simplemente no me caben en la cabeza., no las comprendo en mi condición de mortal y humano.
Después de todo tal vez y solo seas una triste esclava, o tal vez y eres la ilustre dueña de tu propia empresa propagadora de tristeza en el planeta. Sé que hay gente que te busca y no te encuentra, gente que te encuentra y no te busca, gente que te huye y a la que alcanzas, o gente que te persigue y de la que tu huyes, eres una coqueta despreciable, pero eres necesaria e inapelable.
De alguna forma vuelves nuestros días interesantes, de alguna forma nos encontraremos una vez más en el camino, tal vez como el triste espectador de tu trabajo o tal vez, esta vez, como tu eterno acompañante. Algún día me daré el gusto de acompañarte, y ya pienso en nuestro itinerario, pediré me lleves primero de visita con aquellos que me arrebataste y luego, a donde toque quedarme. Aquel día será algo extraño, pienso en el mundo terrenal y el día que me lleves, tal vez signifique la tristeza de muchos o de pocos, pero tal vez también y desde tu mundo y tu lado, signifique la alegría por el reencuentro con aquellos que se me adelantaron. Te dejo pelona amiga, debes estar ocupada y, espero, cansada. Estamos en contacto, nos vemos luego y espero tengas un buen día en tu trabajo…maldita, despreciable, impredecible, ilógica, coqueta y devastadora amiga.

lunes, 26 de marzo de 2012

A los 25 + 1

Hace un buen par de semanas que no había vuelto a escribir, puedo acusarlo

a la falta de tiempo, puedo excusarme en la desmotivación y también debo agregar el “exceso” de trabajo. En fin, hoy debo escribir y no porque “deba” hacerlo, sino porque quiero hacerlo. Dos semanas atrás cumplí 25+1 años, y debo aceptar que hasta los 25 cantaba orgulloso mi edad. Hoy no lo siento igual, a partir de hoy diré q tengo 25 +1 año.
Siempre, durante el año, me tomo unos instantes de retrospectiva y trato de analizar y pensar los avances y retrocesos que pude haber tenido en el periodo más reciente de mi existencia. Durante los 25 debo confesar que hice un poco de algo y un poco de nada. He cumplido ya un cuarto de siglo de años, que feo y antiguo suena eso, pero es parte de la vida y lo aprendido y lo bailado nadie nos lo quita.
Este año aprendí, que sigo siendo el mismo, que a pesar de los errores, a pesar de los fracasos y a pesar de los retrasos, aún no termino de aprender. Y creo que ese es el ingrediente que te hace más rica la existencia, el hecho de saberte ignorante ante un evento, el hecho de no saber qué hacer ante algo, de no saber cómo reaccionar de no saber aún muchas cosas a pesar de asumir que ya has aprendido y vivido mucho.
A los 25 + 1, debo reconocer algo, la soledad es parte de mi vida, pero mis amigos son la esencia de mi alma. Por algún motivo que desconozco, la vida me alejó de mi familia, la vida también se encargó de quitarme, en su momento, a la gente que más quiero, la vida se encargó de patearme duro en el trasero y de alguna forma se está encargando aún de eso.
A los 25 + 1, conversando con mi soledad, recordé a la gente que hoy no está conmigo, recordé a la gente que siempre lo está, recordé a la gente que llegó a mi vida en el último año para quedarse, espero para siempre. Recordé a la gente que se separó de mí, recordé a la gente que desapareció, recordé a la gente que me quiere, recordé también a los que no.
Llegó el día de dejar los 25 y recuerdo haber pensado, que a los 25, “Don Webón” debería morir, y es que aquella noche del 7 de marzo pensé en todo aquello que hasta ese momento había hecho y aunque debo confesar hubieron muchas cosas que no me gustaron, hubieron otras tantas que me hicieron inflar el pecho de alegría, orgullo y emoción.
A los 25+1, pienso hacer cosas que no he intentado hacer en mi vida, tal vez y porque la cobardía me detuvo siempre o tal vez porque la ignorancia y la falta de medios no me lo permitían. A los 25+1 me he propuesto recobrar la alegría que hace mucho tiempo no sentía. A los 25+1, me he dado cuenta que todo lo hecho hasta este momento no es aún suficiente, no es aún lo que quiero tener, no es aún lo que quiero lograr, y sobre todo no es aún lo que quiero alcanzar.
A los 25+1, organicé una reunión con los amigos que amo, con la familia que me puso Dios, mi Barbón, en el camino. Aquella noche fui feliz, había reunido a los amigos que marcaron parte de mi existencia, estaban reunidos en una misma mesa, perro, gato y pericote, disculpando la comparación claro está. Aquella noche cené con amigos desde la infancia hasta lo más reciente de mi existencia, aquella noche estoy seguro que pude haber muerto feliz, feliz de haberlos tenido a todos reunidos, feliz porque logré que de alguna u otra forma la gente que considero importante en mi vida, conozcan a quienes ante mi corazón y mi alma representan el mismo nivel de importancia para mí. A los 25+1, a través de esa cena, adelanté un poco la imagen de mi funeral, y es que lo siento así, no por lo años que ya pasan, sino porque casi siempre somos tan mezquinos con nosotros mismos y solo nos reunimos todos cuando la persona que amamos ya no está.
A los 25+1, me he propuesto comenzar de cero, de hecho ya he comenzado, la vida recién comienza, me espera mucho aún por aprender, por vivir, por llorar, por sufrir, por gozar, y esta vez creo que ni los miedos, ni los temores, ni las carencias me evitarán decir en algún momento, no lo hice, no lo intenté, fui cobarde, no arriesgué. Siento que no tengo nada que perder, pero si mucho por ganar. La vida al fin y al cabo la perderemos todos en algún momento, y si hay que perderla en la búsqueda insaciable de la felicidad, del gozo y el disfrute de sentirse bien, estoy seguro que desde mis 25+1, nada me detendrá y al final de mis días diré, valió la pena.
Hoy he vuelto a escribir, y esto me hace feliz, es parte de mi alegría, es parte de mí y no pienso dejar de hacerlo hasta el final de mis días. Gracias a los que extrañaron mis textos y me lo hicieron saber, gracias a los que leen en este momento y gracias a los que en algún momento futuro lo harán.

sábado, 4 de febrero de 2012

Para ti…


Siete meses atrás la vida se encargó de cruzar nuestros caminos, tengo entendido que el de arriba suele hacer las cosas por algún motivo, pero a pesar de la habilidad que suponía tener para saber interpretar esta especie de “designios”, hasta el día de hoy no logro interpretar aquella razón.
Nos conocimos, no sé si de la mejor forma, aunque debo confesar a veces que he llegado a creer que tal vez y fue de la peor manera. Frustramos el olvido y la separación de nuestros caminos desde que decidimos descubrir quiénes éramos nosotros mismos. Los eventos que sucedieron luego, solo tú y yo los conocemos y somos conscientes, creo yo, no solo del bien que nos hicieron sino de la forma en que estos nos unieron.
Fui consciente del juego que protagonizábamos pero mi subconsciente fue el culpable de las siguientes confusiones. Tú tenías que partir y yo tenía que quedarme. Tú tenías que dejar de acompañarme y yo acostumbrarme a tu ausencia. Aquellos días trabajaba en mi conciencia la idea de no volver a verte, pero los lazos que nos unían y las experiencias vividas, pocas pero muy significativas, fueron aún más fuertes. Redescubrirte fue bonito, reencontrarte fue aún más interesante.
Fue la primera vez que me nacía solo hacerle el bien a alguien, fue la primera vez que tenía la necesidad urgente de protegerte, fue la primera vez que solamente pensaba en qué hacer para poder verte feliz y te lo dije muchas veces y creo que lo sentiste y lo sabes. Mi error, si le puedo llamar así, tal vez pudo ser enamorarme, pero se también, y creo lo sabemos, no fuiste indiferente.
Y es que no se por qué te tuve que conocer así de entre tanta gente y porqué mi corazón y mente elegirte. No pretendo ser tu dueño y mucho menos ser tu amante, pues ahora tengo claro que tu cariño es muy grande, pero no tan significante.
Hoy estamos algo lejos, pero creo que la mente aún nos une, sabemos que nuestro recuerdo es compartido y sobre todo que aunque hayamos intentado, ya pasamos la barrera del olvido. Recuerdo aquella tarde en la que me decías que no podías dejar de verme, porque me consideras importante, porque entré en tu vida y no puedo salir de ella, y es que esas frases fueron tan bellas que mi mente y corazón hasta hoy lo agradecen.
Olvidar nuestras “salidas” es poco factible, pues creo ambos recordamos nuestra mesa favorita, aquella que a pesar del tiempo sobrevive y ya está cochinita, pero allí estará recordándonos nuestras noches de plática, nuestro momentos de risa, nuestros momentos compartiendo o discutiendo por alguna porción de comida, nuestro aburrimiento por el retraso en la recepción de “la orden del día” y muchas otras cosas que al recordarlas solo, créeme, me dejan una enorme sonrisa.
Cómo olvidar también nuestras discusiones, por mis metidas de pata y nuestras confusiones. Y ni hablar de nuestros abrazos; he sentido en cada uno de ellos, algo que jamás sentí con otras personas. Aquellos abrazos en los que echados simplemente apoyábamos nuestra cabeza una al lado de la otra, aquellos abrazos con los que simplemente quedábamos en silencio haciendo de aquel momento un instante eterno. Aquellos instantes en los que en el silencio de cuatro paredes más un techo solo escuchábamos nuestros latidos. Aquellos momentos en los que tu cabeza tocaba mi pecho y yo con mi mano en tu mejilla o tomándote la mano o sobando tu orejita. Aquellos instantes en los que solo nuestra música favorita nos acompañaba. Aquellos abrazos de despedida que parecían infinitos, aquellos en los que parecía que nuestro silencio se llenaba con miles de palabras, palabras que ni tu ni yo éramos capaces de decirnos.
El sentir tu mejilla tocando la mía en el silencio de un abrazo, tu rostro descansando en mi cuello, el tener mis brazos mezclados con los tuyos, la fuerza del lazo armado por nuestros cuatro miembros confirmando tanto el cariño que ambos nos tenemos.
Y es que creo que te conozco desde la punta del pelo hasta la punta del pie, conozco tus detalles y tus defectos, sé lo que no te gusta de tu cuerpo, y conozco aquellos detalles que te desagradan de ti, aunque simplemente sean detalles que ambos conocemos.
Recuerdo aquel momento en el que descubriste tu mano conmigo, a pesar de tu vergüenza y tu impaciencia por mi insistencia, debo confesarte también que he visto en algún momento aquel detallito en tu pie del que tímidamente me comentaste alguna vez. Creo conocerte aunque a veces hay cosas tuyas que me sorprenden. Eres impredecible a pesar de aparentar ser lo contrario. Eres algo que nunca me había pasado.
La vida, el corazón y el cerebro tal vez me jugaron chueco, no sé si tú pienses lo mismo pero yo así lo creo. Hemos intentado separarnos y me parece absurdo, a veces saber que no podemos.
Sé que no escribo ninguna novedad en estos textos, sabes que amo lo que hago, sabes que amo escribir, sabes que no hago esto por incomodarte, simplemente lo hago porque es mi idioma y no tengo otra forma de expresarme. Sé que no soy el último ni el primero que caiga en esto, y sé que mucha gente tal vez se identifique con estas líneas.
Cómo olvidarnos, si nos vemos casi a diario, cómo no querernos después de todo aquello que tenemos, cómo no hablarnos si nuestras almas gritan que conversemos. Hemos aprendido juntos que muchas veces lo que parece justo para ambos, termina siendo injusto para todos.
Corrígeme si me equivoco, pero no nos agrada la idea de olvidarnos, no nos agrada la idea de no hablarnos, no nos agrada la idea de no vernos, y todo esto porque sabemos cómo nos queremos. No sé si la vida se empeñó conmigo, pero debo aceptar que me gusta mucho estar contigo.
Sé que tienes otra vida, se que tienes otro cariño, se que tienes mil razones, y créeme comprendo todas y cada una de ellas. Hemos hablado infinitamente del tema, pero me parece importante dejarte un registro de todo lo que para mí, hasta este momento tal vez ha sido una de las cosas más importantes.
Al margen de todo lo que pase en el futuro, sabes que siempre me tendrás a tu lado, lo sabes y lo hemos conversado, no hay forma, creo, de separarnos. Sé que cada quien en algún momento tomará su camino, tu ya lo decidiste por tu parte y créeme que yo intentaré por la mía.
Hoy no quiero que existan más mentiras, aunque creo que nunca las hubo desde que decidimos compartir nuestras vidas. Es difícil escribir esto pero siento que debo hacerlo, siento que debo escribirlo, siento que debo contarlo y siento, sobre todo, que tu deberías saberlo y tomar este artículo como parte de un recuerdo.
Este mes es muy bonito, y sabes a qué me refiero, este mes es 14 de febrero, y yo te saludaré por el día del amigo, es correcto y debo hacerlo porque sabemos que a pesar de todo, eso es lo que somos y seremos. Porque un amigo te protege, porque un amigo te quiere, porque un amigo se preocupa por ti, porque un amigo puede darlo todo a cambio de nada, porque un amigo siempre está al pendiente aunque no lo notes, o siempre estará pensando en ti aunque no lo llames, un amigo siempre pedirá en sus oraciones por ti, un amigo siempre estará allí por ti y para ti.
¿Qué pasará en el futuro?, ni tu ni yo lo sabemos, ¿Qué sucedió en el pasado? Tú y yo ya lo hemos conversado y lo tenemos claro. ¿Qué está pasando en el presente? , que tú estás por allá y yo estoy, por el momento, ausente.
Nuestro reencuentro supongo será bonito, o tal vez no te reconozca porque te verás diferente y sabes a qué me refiero, se me escapa una sonrisa “cagona” en mi cara “cachacienta”, como sueles decir que la tengo, en este momento. Bueno se acaba el espacio y es hora de decir hasta luego.
Sabes que te quiero mucho, sabes que aunque no te “joda” te recuerdo, y sobre todo sabes que siempre voy a estar allí, para cualquier momento. Me toca decirte hasta luego, ya es de muy noche tengo fiebre, algo de gripa y sueño, cuídate mucho, y espero que estés bien, se me acabaron las palabras, espero estés y seas feliz. Si tú lo estás, yo también lo estaré. Yo supongo estoy bien aquí, ya nos volveremos a ver… y si no, pues el destino caprichoso hará que volvamos a chocarnos. Tenlo por seguro que sí, recuerda lo que una vez me dijiste: hay gente que llega a nuestras vidas para quedarse… y en nuestro caso, creo que ambos seremos eternos…
Feliz día de la amistad, feliz día de San Valentín, feliz día del amor, feliz 14 de febrero…

jueves, 26 de enero de 2012

Rutina


A menudo estamos inmiscuidos en una rutina, a una forma de vida, a un horario rígido que nos ordena y nos dice qué hacer, cómo hacer y lo que debemos hacer. La rutina como parte de nuestra vida se enquista en nuestros días y terminamos siendo la repetición absurda de un diario acontecer que muy lejos de llevarnos por algún camino, positivo o negativo, solo nos “mantiene” en lo mismo de siempre.
Podría clasificar la rutina, bajo mi percepción, en la rutina de acción y la rutina de pensamiento.
La primera básicamente obedece al comportamiento asumido por casi todos y cada uno de nosotros, sabemos a qué hora debemos descansar para despertar a tal hora, a qué hora salir de casa para llegar al trabajo, a qué hora almorzar, a qué hora volver a descansar, a qué hora regresar a casa para cenar y finalmente volver a la cama para despertar al día siguiente. La rutina diaria, aquella que entorpece nuestros días y los convierte en un sin número infinito de repeticiones es la más común entre los seres que habitamos este planeta.
Peor aún es la rutina de pensamiento, aquella peligrosa “enfermedad mental” que nos paraliza y nos estaciona en el conformismo y el desgano, aquella que hace de nuestros días una diaria resignación, de nuestras horas una larga agonía y sobre todo nos enquista en el pensamiento equívoco y absurdo por el que terminamos deduciendo siempre que hagamos lo que hagamos, todo; absolutamente todo, seguirá siempre igual.
Una vida rutinaria, no solo nos perjudica en el sentido de retraso mental y personal en el que nos encontremos sino que también conlleva a una serie de deficiencias o defectos anómalos sociales que en conjunto devienen en una sociedad ociosa, conformista y derrotista.
La mentalidad de muchas personas queda abandonada en la simplicidad de comparar su vida con la de los demás y seguir las tendencias y comportamientos de los demás. A menudo escucho frases como: “lo hago porque esa persona también lo hace”, o “quiero ser como tal persona”, o “desearía que mi vida fuera como la de tal persona”. Frases como las antes descritas o similares las considero como los síntomas expresos de la rutina de acción y mental mezcladas en un mismo ser humano.
La rutina no solo nos enquista en el estado parasitario y repetitorio de nuestras acciones, sino que nos lleva también a un proceso de involución en el que cada persona decide, equívocamente, repetir la historia de alguien a quien supone admira o tiene como guía. Es tan débil nuestra percepción de capacidad y accionar con respecto a nosotros mismos que preferimos limitar muchas veces nuestros actos en función a alguien a quien supuestamente admiramos o tenemos como imagen de ejemplo.
Partiendo de la premisa que todo ser humano es imperfecto, al repetir las condiciones o querer asumir los comportamientos o anhelos de un tercer individuo y repetirlos o acondicionarlos a nuestras vidas, lo único que garantizamos es dos cosas, la primera repetir la historia errónea de otro ser humano, y segundo perder la individualidad y sobre todo la capacidad de protagonismo en la historia de nuestras propias vidas.
La rutina mental nos vuelve tontos, nos incapacita, nos vuelve cobardes, nos hace mencionar frases como “eres la persona de mi vida”, “eres lo único que necesito para vivir”, durante el cuarto de siglo de edad que tengo (que antiguo sonó eso), he tenido la oportunidad de escuchar en mis queridas amistades estas frases tan típicas de chiquillas adolescentes. Asegurar que alguien es la persona de “tu vida”, es parte de; primero reconocer que tu vida no vale tanto para ti como para que la pongas al subnivel de la vida de un tercero. Y segundo, aceptar que nuestro cerebro está tan limitado para no darnos cuenta que en el planeta tierra existen 6’840, 507,000 millones de habitantes y que solo nuestra reducida, trajinada y rutinaria mente nos hace ver que en teoría una persona es aquella por la que veremos y velaremos todos los días de nuestra vida y peor aún ofrecer la supeditación de nuestros actos a esta.
Como ve, la rutina mental y de acción son dos taras mentales muy comunes, lo importante aquí, es darnos cuenta primero e identificar los síntomas; segundo, analizar el motivo o las causas que nos llevaron a infectarnos cerebral y físicamente de esta; tercero, asumir una actitud de cambio; cuarto, mantenerse en constante cambio, y cinco aprender a vivir y hacer que cada día que gastamos oxígeno haya valido la pena realmente.
Aprendamos a salir de la rutina, aprendamos a salir del pensamiento absurdo, hagamos que nuestros días valgan realmente la pena, acabemos con los pensamientos estúpidos y sobre todo analicemos y recapacitemos en qué momento adquirimos una rutina, analicemos que hacemos para salir de ella y tracémonos acciones para erradicarla completamente de nuestras vidas. Suerte en su auto evaluación, éxitos en la identificación de sus síntomas, y ánimos en la búsqueda de la fórmula para su propio antídoto. ¿Comenzamos?

jueves, 12 de enero de 2012

Carrera al éxito…


La vida nos tiene preparados muchos caminos y cada camino nos muestra siempre una etapa determinada, nos pasamos el tiempo siendo amigos, nos pasamos el tiempo haciendo amigos, nos pasamos el tiempo haciendo nada, nos pasamos el tiempo buscando el amor, buscando esa motivación, buscando darle una razón a nuestra sin razón. Nos pasamos la vida tratando de hacerla viva.
Existen etapas y momentos perfectos, momentos bellos que tienen q terminar, simplemente porque todo lo que tiene un principio tiene un final, y aunque muchas veces ese final implique ser destrozado por dentro para luego recomenzar, es parte de la vida y parte de nuestra necesidad como seres humanos para acumular aquello que los viejos denominan experiencias, que nos permitan dar ese paso para avanzar.
Los aspectos de nuestra vida se dividen creo yo, y en cierta etapa de nuestra vida misma dicho sea de paso, en vida personal, vida familiar y la vida laboral, llegando esta última, muchas a veces a ser de vital importancia pues es donde se desarrollan los grandes momentos de nuestra vida, nuestro desarrollo personal, el conocer a amigos que durarán probablemente para siempre y por qué no decirlo también el amor.
La despedida de un grupo de humanos al cumplir una etapa no es nada fácil, primero porque has estrechado vínculos de amistad, vínculos de compañerismo, porque te adecuaste a sus formas de pensamiento, porque te acomodaste a sus defectos, porque aprendiste de todos, hasta de la persona aparente y equívocamente más insignificante, porque te acostumbraste a todos los días decirles buenos días y darles un beso en la mejilla mientras te reciben con una sonrisa, porque te acostumbraste a conversar con ellos de todo lo que pasó el día anterior, porque sabes que las salidas después del trabajo no se volverán a repetir, porque sabes que aunque tú te vas , muchos de ellos aún se quedarán allí, porque sabes que tu presencia en un grupo humano de alguna forma deja una marca por el rose y tú también eres partícipe y probable protagonista de aquellos que todos denominarán, vacío que dejarás.
Y allí estarán aquella noche, las personas que compartieron conmigo un momento de sus vidas, allí estarán delante de mí aquellas a las que “algo” pude haber enseñado, allí estarán las personas de las que mucho he aprendido, allí estarán aquellas personas con las que muchas veces habré discutido, allí estarán aquellas personas que antes me detestaban, estarán todos allí, entre felices y contentos porque me tocará partir. Y es que la vida es tan conflictiva, los sentimientos son tan humanos, tan propios de nosotros, y sobre todo tan intensos que pueden destrozar y a la vez reparar. Las despedidas causan esa mezcla de emociones, las emociones de pena, nostalgia y cierto dolor de saber que nada será igual, pero la esperanza , la tranquilidad la serenidad , la certeza y la felicidad de saber que todo lo que vendrá después de… será para mejora nuestra.
Artículos atrás escribí acerca de la partida de mis compañeras de trabajo y lo que sentía al verlas partir. Hoy me toca a mi ser el protagonista de esa alegre y triste situación. Conmigo van los recuerdos, conmigo van las alegrías, conmigo van los sustos que pasamos juntos, las experiencias que vivimos, las muertes que casi tuvimos, las sonrisas, las peleas, las riñas absurdas, las palabras alzadas de tono, las palabras de cariño, las palabras de congoja, las palabras de alegría, los gestos, los abrazos, todo aquello que la mente en su octava conciencia no puede dejar de rememorar, esas imágines y sentimientos que nos transmiten nostalgia y alegría a la vez, toda esa bola de sensaciones que nos hacen recordar que somos humanos y estamos vivos.
Gracias amigos, gracias compañeros de trabajo, gracias alumnos, gracias a todos aquellos que compartieron un momento conmigo, gracias por el regalo del tiempo pasado a mi lado , gracias por las experiencias compartidas, gracias por las tardes de conversación, gracias por todos los consejos, gracias por todas las jaladas de oreja, gracias infinitas por todo aquello que hicieron, gracias por haber existido, gracias por regalarme la experiencia más maravillosa del mundo, conocer la vida de otro ser humano y enriquecer mi alma con experiencias ajenas.
Son varios los caminos, pero la meta de todos apunta a una misma, espero chocarnos en el camino, hoy comienza una carrera al éxito, gracias por regalarme el vehículo, gracias por haber sido mi motor, gracias por ser el combustible, gracias por los cinturones de seguridad que me protegerán en todo lo que haga en adelante, gracias por impulsarme a participar de esta carrera..
¿Preparados?, ¿Listos?…. hasta siempre…