No pasa el día, en el que no deje de ver en los diferentes noticieros, de
corte internacional, nacional, local y de medios de comunicación escritos y televisivos, el accidente de algún vehículo hacia alguna persona, el de dos vehículos entre sí, o simplemente un vehículo solo que chocó con algún poste o se desbarrancó. Todo producto claro de la dejadez o, mejor dicho del defecto humano que va al volante y que en su pequeña masa gris lleva cualquier otra cosa, menos la conciencia, la capacidad, la inteligencia y la humanidad mínima suficiente para comprender que detrás de un volante se lleva la responsabilidad de conservar, NO SOLO LA VIDA PROPIA, sino también la de PERSONAS QUE CONFIAN SU VIDA A UN SERVICIO, MUCHAS VECES MAL DADO Y OTRAS, AFORTUNADAMENTE POCAS, PRESTADAS POR UN ANIMAL QUE DA MUESTRAS DEL REGALO DOCUMENTARIO QUE LE HICIERON AL ENTREGARLE UN BREVETE.
Y es que personalmente, estoy harto ya de ver todos los días tanta ignorancia junta, estoy harto de ver seres haciendo gala de su inteligencia inferior y que asumen ser capaces de maniobrar un vehículo en estado de ebriedad, harto de ver que cada vez que me paro a esperar la luz verde de un semáforo, algún animal se detiene delante mío justo encima y cuando quiero yo pasar por el cruce peatonal, SEÑALADO PARA EL PASO SEGURO Y TRANQUILO DE LAS PERSONAS. Harto de ver que la estupidez llega a niveles tales en algunos animales al volante, que piensan que la luz ámbar de un semáforo, es para acelerar y aceleran solo para descubrir que en su soberana estupidez, lo único que hacen es atorar el tránsito de aquellos que realmente deberían pasar y crean incomodidad no solo al 1% por ciento de su noble inteligencia que les dice que se quedaron “atorados” en el tráfico y que tal vez y no lo debieron hacer sino también en aquellos hombres inteligentes, felizmente aún existentes, que saben seguir las instrucciones acordes de un semáforo que aparentemente resulta ser más inteligente que los animales primero mencionados.
Estoy harto de ver a los animales al volante, que responden un celular mientras van conduciendo en la carretera la vida propia y la de sus demás pasajeros y familiares, mucho más aún aquellos brutos y torpes animales al volante que se animan a enviar un mensaje de texto o a leer uno precisamente cuando están manejando y llevando bajo sus torpes manos la vida de muchas personas inocentes que tienen, por necesidad, que pagar por la estupidez disfrazada de hombre. Sorprende mucho más aún aquellos animales al volante, torpes y estúpidos mediocres que se aventuran a pasar a un vehículo en una carretera y vía principal, y mucho pero aún en curvas SEÑALIZADAS como imposibles de pasar de esa forma tan bestial.
Estoy harto de ver tantas muertes absurdas, tantas muertes en vano, tantas muertes por gente estúpida, por gente inconsciente, por gente mediocre, por gente que asume que tener un auto les da caché, y que por ello pueden hacer cualquier cosa para dar rienda suelta y sacarle lustre y brillo a la ignorancia enorme que llevan dentro.
Felizmente y espero no equivocarme, existe otro tipo de seres, detrás de un volante, a los que se les puede llamar humanos, gente consciente, gente educada, gente correcta y noble, gente que sabe lo que debe hacer y cómo lo deber hacer, gente con años de experiencia manejando con criterio y por qué no decirlo gente joven también que sabe y es consciente, consecuente y responsable con cada de uno de los movimiento y giros que le da al volante que lleva en las manos, al volante que cuida su vida y la de sus pasajeros.
Hoy muestro mi hartazgo con una situación que se ha salido de control porque nosotros mismos lo permitimos, porque aplaudimos que un vehículo pase a otro en una curva, porque con nuestro silencio somos cómplices de aquellos animales que realizan algunas de las acciones que comenté párrafos anteriores, si es que no todas en un mismo viaje. Somos cómplices pues no contribuimos con nada en el proceso de domesticar a cuanto salvaje tengamos al frente que nos lleve en el camino de formas tan despreciables y temerarias.
A los brutos y animales al volante, recapaciten y tengan consciencia de la noble labor que realizan y lleguen a buen fin en todos y cada uno de sus vaivenes, el mayor de mis deseos de éxito en su proceso de capacitación, humanización o domesticación y reinserción a la civilización que nos merecemos todos hoy.
A los inteligentes y humanos al volante, gracias por demostrarnos que por personas como ustedes, su profesión sigue siendo aún muy noble, gracias por llevarnos seguros a donde sea que vayamos, de ustedes es el éxito de cada uno de sus viajes, a ustedes les debemos llegar sanos, salvos y a tiempo a donde sea que queramos. Gracias infinitas por su humanidad y que su inteligencia llegue a iluminar las mentes de aquellos que contrarios a ustedes, deslegitiman su noble y siempre necesaria y supongo también infinita labor.
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