"El falso líder habla a tus espaldas, el líder mediocre, señala.
El buen líder, explica. El líder superior, demuestra. El gran líder, inspira y motiva."… son las palabras de mi compañero de trabajo Cristhian Yoel Rodríguez Vásquez que hoy inspiran este artículo.
Y es que realmente, las palabras de este compañero de trabajo, al que me gustaría tal vez en un futuro llamar amigo, las considero realmente ciertas. Por mucho tiempo se ha debatido la diferencia entre un líder y un jefe, muchas personas consideran ambas palabras como tal, simples y meras vocales con consonantes unidas y sinónimas que de alguna manera representan jerarquía y sumisión, cavernariamente hablando.
Ser jefe implica ocupar un puesto que te da jerarquía, pero que no necesariamente es el origen del respeto, ser jefe tal vez e implica ser un capataz, ser un mandamás, ser un gendarme, un autoritario, un patrón más un simple y ordinario monarca al que todo el mundo debe obedecer, tan solo por ser lo que el titulo de jefe diga y no por lo que realmente dicho jefe sea.
Ser un líder es todo lo contrario, ser líder implica ser ejemplo, ser motivación , ser inspiración, poner y dar el corazón, ser líder implica ser y representar lo suficiente, ser líder es ser motivo y razón suficiente, un líder jamás te ordena, un líder siempre te motiva, un líder jamás te recrimina, al contrario y siempre te aconseja, un líder siempre corrige, un líder jamás se elige, un líder se gana y se origina, un líder es la cabeza y guía de un equipo, no es quien manda y dirige a sus peones.
Un líder es fuente, motivo y causal suficiente para la acción, el jefe es un simple capataz con órdenes sobre un peón, un líder es capaz de mover a toda una legión. Un líder te inspira confianza, un jefe te inspira temor, un líder allana tus temores, un jefe sobrevive de ellos. Un líder origina el cambio, un jefe atrofia el desarrollo. Un líder es consecuente, el jefe actúa segado de poder.
Un líder es siempre cambiante, el jefe es un cavernario andante; un verdadero líder es un verdadero guía, un jefe es aquel que empuja; un líder representa la admiración, un jefe representa la opresión, un líder es constantemente cambiante, el jefe es un fósil caminante.
El falso líder, no es un líder, el falso líder es un mediocre cobarde, un errante mas y un caminante, el líder mediocre siempre señala, porque jamás espera a alguien que le de la contra, el líder mediocre supone motivar cuando lo que verdaderamente hace es intimidar.
Un jefe se hace, el líder nace, un jefe es negligente, un líder es realmente inteligente, un líder está preparado siempre para el cambio, el jefe estará ceñido siempre en el pasado. Un líder siempre está en constante movimiento, un jefe está en constante estado parasitario; un líder es quien realmente da vida, en jefe es quien te absorbe día a día.
Un líder podrá siempre ser un jefe, pero un jefe jampas podrá ser un líder. El buen líder explica, el buen líder te enseña, el buen líder te ofrece conocimiento, el buen líder te ofrece sabiduría, el jefe obstruye tu crecimiento día a día. El líder superior, demuestra, el líder superior no solo enseña, también es motivo y señal de ejemplo, el jefe superior destruye, no construye ni contribuye.
El gran líder, inspira y motiva, el gran líder es realmente líder, el gran líder nace siendo líder, crece en la libertad que le proporciona su liderazgo y en el continuo perfeccionamiento de todos sus hallazgos, un jefe se empapela, un jefe demuestra ser mediocre, un jefe se vale reglamentos, no del respeto y la inspiración por el sujeto.
Es difícil ser un líder, y no es fácil llevar la carga de ser designado jefe, una línea muy delgada une ambos términos, y cualquier estupidez no digna de imitar separa ambos. La línea entre el liderazgo y una jefatura es muy frágil, sin embargo un verdadero líder tiene las cosas muy claras, un verdadero jefe siempre querrá que sean aclaradas. Un líder siempre tendrá criterio, un jefe siempre revisará sus reglamentos.
Para ser líder, no es necesario tener reconocimientos, solo satisface sentir los sentimientos, valgan redundancias, pues ser líder tiene todas y muchas más implicancias. Un líder siempre da la cara, un jefe se escuda siempre en los escritos. Hoy yo quiero celebrar lo dicho por mi compañero Cristhian Yoel Rodríguez Vásquez que tal vez y aún no es jefe, pero puede estar comenzando a ser un líder, aunque eso a muchos no anime y a otros pocos si motive. La grandeza un líder no se mide con unidades de medida universalmente conocidas, la grandeza de un líder la sientes y la imprimes cada vez que encuentras a estas personas indicadas en tu vida. Gracias por tus palabras compañero Cristhian, que la divinidad ilumine tus días, y la de que aquellos que hoy te siguen, y acepten de vez cuando que en ti encontraron a un líder. Sabias palabras, sabio amigo Cristhian, que el eterno de allá arriba, el líder supremo, siempre te bendiga. Exitos “Cebollita”…
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