miércoles, 4 de julio de 2012
Querido Rolo:
Era lunes por la mañana y desde la pantalla de mi celular vi tu foto por facebook, me
alegré mucho pensando que al fin habías creado una cuenta en esa página, sin embargo cuando leí el mensaje prescrito en la parte inferior, no pude creerlo. ¿Sabes?, pensé que se trataba de un sueño, y recuerdo haber cerrado los ojos esperando despertar. Lamentablemente ya pasaron varios días y no puedo hacerme a la idea de que tu partida física sea una realidad.
Noble amigo, incansable crítico semanal de todos y cada uno de mis artículos, se que ahora estás en todos lados pero debo aceptar que tu presencia física me hará falta. ¿Cómo olvidar tu mirada cálida, con esos ojitos claros y saltones que la vida te regaló?, ¿Cómo no querer volver a experimentar el placer que era debatir en amplias conversaciones contigo?, ¿Cómo no desear volver a filosofar a tu lado acerca de cualquier tema que se nos presentase?, ¿Con quién bromear ahora de forma tan sutil, tan inteligente, tan elocuente?; ¿Con quién mantendré ahora las conversaciones más interesantes e inteligentes que he tenido en mi existencia?. ¿A quién volveré a oír aquellos irreverentes chistes en diferentes idiomas?, ¿A quién hacer preguntas complejas para encontrar respuestas sencillas?, ¿Con quién bromear entre tragos con el tacto único y hermosamente decorado por tus palabras?.
Rolo, fui al lugar en el que resguardaban tu recuerdo y hubo mucha gente, sentado allí pensando en muchas cosas, mientras veía a tu logia predilecta escoltando tu cuerpo, no podía imaginarte de otra forma más sino con el pecho hinchado del orgullo. Y se me hacía fácil sonreír porque casi podía escucharte hablarme, porque casi pude sentirte en ese momento. Amigo, se que te fuiste feliz, se que echadito en aquella caja de madera que hoy te acobija escuchaste con pleitesía los coros de tu propia misa. Y era imposible, para mí, no recordar aquellos momentos en los que nos reuníamos para escuchar tu música favorita, aquella que convertiste en mi predilecta también, ¿Cómo olvidar aquel momento en el que compartiste conmigo gran parte de tu colección de coros celestiales?, y las decenas de discos que escuchábamos sin parar cada uno mejor que el otro.
Te pido me disculpes, porque sé que no te gustó verme llorar, y créeme que intenté no hacerlo porque sabía que te molestarías, pero era imposible. Sí, soy humano, una criatura más de la creación, como solías llamarme ¿lo recuerdas?, y como humano no adquiero aún la capacidad para ocultar mis sentimientos. Y es que es imposible no apenarse ante tu partida. El cuerpo obedece, pero el alma no sabe de razones amigo y estalla en llanto.
Hombre de infinita sabiduría, el ser más culto y a la vez extrañamente sencillo que he conocido, duele tu ausencia porque como tú no habrá otro Rolo, son muchos los momentos que recuerdo a tu lado, muchas la veces que hemos reído, muchos los momentos compartidos. Se me va un amigo, se va parte de mí, se me va un sabio, se me va un maestro, se me va un ser único e incomparable. Queda corto el espacio para comentar todo aquello que vivimos y de las mil y un cosas que conversamos. Se contundente en tus artículos – me decías siempre con tu puño cerrado - y recuerdo como te hacía renegar, como me observabas cada cosa, y era un placer para mi saber que me leías, era un placer para mi obtener tu crítica, era un placer para mi tenerte a mi lado, era un placer para mi, saberme tu amigo.
Hoy todos los que te conocemos superficialmente, sabemos que físicamente te hemos perdido, pero aquellos que conocemos un poco mas de ti, sabemos que ahora estás en todas partes, formando parte de la misión directa de el Gran Arquitecto del Universo y te imagino como un Maestro de Obra, tal cual lo fuiste en este tercer planeta. Hoy tengo la seguridad de que aunque lloremos aquí tu partida, allá donde estás tú, en el mundo de la luz debes estallar en infinita felicidad, y escucharás todos los días y todo el día a los coros celestiales, esos con los que disfrutabas aquí escuchando a las burdas imitaciones humanas. Y no te imagino de otra forma, tal vez y pidiendo arriba a los ángeles que repitan una y otra vez el Ave María, tu canción predilecta, tu canción favorita.
Quiero ser contundente Rolo, pero termino desvariando en la inmensidad y la extraña y simple complejidad de todo aquello que significaste en nuestras vidas. El mundo te ha perdido, tus amigos te extrañaremos, pero me queda el consuelo de saber que estás al lado de mi Barbón, como le digo yo al que tú llamas Gran Arquitecto. Y vaya que lo es, y sé que parte de su obra universal fue dejarte en esta vida material, no solo para alcanzar la perfección de tu alma celestial, sino también para que enseñes a vivir a todos los que te rodeaban y supieron alguna vez de ti. Y vaya que lo hiciste y vaya que lo lograste.
Tu legado queda querido amigo, y quienes te conocimos no dejaremos que tu recuerdo se pierda en el olvido, porque tu alma ha trascendido, porque tú estabas lejos de la imperfección común y corriente de cualquier ser humano, porque tal vez y tu presencia en nuestras vidas no fue humana, porque tu alma tocaba directamente el alma de aquellas personas que conocías, porque tu paso por nuestras vidas fue tan solo una vez y cualquier cosa buena que puedas haber hecho o cualquier amabilidad que puedas haber tenido con algún ser humano, la hiciste en su momento, pues sabias que no se repetiría y estabas seguro que no pasaría de nuevo, porque eso es lo que fuiste y estoy seguro seguirás siendo, un ángel de paso amigo, un ser de luz, un ser trascendental y lleno de magnanimidad. Descansa tranquilo Rolo, nosotros tus amigos ya estamos en camino…
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