sábado, 13 de noviembre de 2010

Carta para ti, que se que estarás siempre allí…

Recuerdo la primera vez que vi tu mirada, fija e intimidante, casi amenzante, como león que acecha su presa, las dìas de almuerzo y tu mirada perdida, perdida en el recuerdo del evento que no te dejaba vivir tranquilo. Tormento que te urgìa contar y que por azahares del destino me tocó escuchar.

Te hablé de los destinos, que tal vez unieron nuestros caminos, conversamos de los hechos que nos llevaron a aquel diálogo algo maltrecho. Tu mirada transparente, y esas sonrisa de criatura ingenua, te convertían en un ser bueno, aunque tu cerebro pensaba lo contrario. “No se que hago acá contándote esto”- Es la frase que de ti recuerdo. A partir de aquella noche, comenzó nuestro verdadero encuentro.

Encontré a un amigo en aquel desconocido, encontré a un hermano en aquel ser humano, alguien muy lejano, que por ese entonces me fue muy cercano. El juicio hipócrita de la gente no entendía nuestra amistad, no entendìa nuestra unión, no entendía tanto cariño entre solo dos recién conocidos.

Y es que encontrar a un amigo, no es cosa del destino, encontrar un verdadero amigo, es cuestión de dos caminos. Pasamos corto tiempo, y creo fueron días muy intensos, conversamos, discutimos, nos golpeamos, nos sobamos, nos reimos y lloramos. Resucitaste en mi al deportista que llevaba adentro, ese que por la vida cotidiana ya llevaba muerto. Y a tu lado sobreviví a una parálisis severa, esa que me gané por correr como nunca antes en mi vida entera. “Levántate abuelito ” – recuerdo me decías mientras reías como niño.

“No te comas las uñas” – te gritaba como a un niño - aún cuando eras mas grande y mas pesado que este tu amigo. “Báñate caramba” – te decía mientras renegabas, como gato aterrado. Que graciosos momentos, los que vivimos en esos días de encierro, ¿que algún día los reviviremos,? Eso tal vez lo sabremos luego…

Se que a veces me detestabas, porque te llamaba la atención como tu madre, talvéz y no fui como tu padre, pero se que fui tu amigo. El tiempo nos dio unos días para saber que el uno y el otro existía, pero el destino nos puso una prueba, para saber si aquello de lo que muchos hablaron es una amistad verdadera.

Nunca había llorado como un niño, abrazando a un amigo, nunca me dolió tanto abrazar por “última vez” a un ser humano. Hoy recuerdo aquel fuerte abrazo, que me ha dejado un hueso dislocado, cada vez que respiro y me duele, recuerdo ese cariño que hasta hoy se mantiene. Estoy seguro que tendremos otro destinos, estoy seguro que nuestros caminos serán diferentes, estoy seguro que tal vez seamos pocos entre tanta gente, pero estoy seguro que esta vida me permitirá volver a verte.

Recuerdo todos los días nuestra despedida, entre abrazos, lágrimas y sonrisas. Hoy despierto todos los días, recordando aquellos “buenos días”. Es dificil regresar a la realidad y asumir que los días pasados no volverán mas.

Que la vida te depara prosperidad, eso no lo dudo, que nos volveremos a encontrar algún vez, espero con muchas ansias aquel gran día, tal vez y reventemos en llanto otra vez de alegrìa, tal vez y nos daremos un fuerte abrazo que me disloque un hueso otra vez.

Hoy solo se que se me alejó un gran amigo, y lo que no se es si volveré a verte mi estimado compañero. Solo que se que la pasé muy bien contigo y solo se que las cosas para ambos, son diferentes desde aquel jueves 04 de noviembre.

Leo todas las noches tu carta de despedida, aquella en la que me escribes que soy el hermano de tu alma, tu letra llena mi corazon de mucha calma, y tus palabras me mueven la costilla dislocada cerca al corazón. Gracias por tus palabras amigo, gracias por tu recuerdo para conmigo. En tu carta dices que llevo una parte de tu alma, y créeme que si es así , prometo algún día buscarte para volver a completarla.

Gracias una vez mas, porque tu también para mi lo eres, HERMANO DEL ALMA, tengo en este momento un dolor en el pecho, que no se sirá mi dislocado hueso, o el dolor de saber que estamos lejos. Se que estas alli, se que estarás allá, se que nos volveremos a encontrar. Hasta que ese día llegue, yo conservaré tu carta de despedida, y espero recibas hoy, mi carta de bienvenida, bienvenido a mi mundo, bienvenido a mi vida, gracias una vez mas hermano del alma y amigo de la vida.

Dedicado Luis Manuel Beltrán Vizcarra… Exitos en tu vida Luchito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario