Los esfuerzos de su padre para mantenerla en pie, no son suficientes, hace falta mucha más ayuda pero los vecinos no damos más. Cumplí la hora de visita y salí, vi a su vecina del frente completamente sana, reformada, con la cara limpia y reluciente por dónde se la viera. Dicen los viejos del pueblo que cuando la desalojaron con enormes tractores, la gente se levantó y armó jornadas de oración, y reclamo porque se resistían a tan nefasto acto. Obviamente reclamaron y oraron cuando ya todo estaba destruido. Lo único que ganaron fue extender 2 meses más la reconstrucción de tan “indignante” hecho para algunos, y tan acertado acto para otros.
Miré a la esquina y vi al pobre y viejo vecino con sus muletas, doblado para un lado, carcomido y mutilado ya por la indiferencia de quienes día a día pasamos por allí, pensé: Algún día caerá, y ay de los que estemos cerca!!!. Me pregunté si el día que caiga la gente llorará, renegará, o tal vez rezará, pero el hecho es que nunca lo verá levantarse de nuevo.
Volviendo mi mirada a la moribunda señora con cables, visité a su vecino contiguo, reluciente como nunca, acompañado de muchos niños que corrían, jugaban y gritaban de felicidad. Dicen los viejos del pueblo que el desalojado vecino antiguo fue mejor, que con él se fueron sus recuerdos y que nunca debieron hacer lo que hicieron y hasta hoy algunos no entienden por qué. Dicen también que muchos de los que reclamaron, fueron los primeros en llevarse los restos de lo que quedó. Hubo reclamos, no hubo rezos. Hoy hay niños, niños jugando, niños riendo, niños pateando, niños siendo niños. Como en todo vecindario, la indiferencia o preocupación de los vecinos siempre marcará la diferencia.
Cuando la señora con cables caiga, los vecinos la llorarán, su padre tal vez ya no estará, otro ser humano habrá ocupado su lugar, pero la indiferencia de su vecindario la habrá matado.
Cuando el vecino de la esquina caiga, la gente alrededor sucumbirá, muchos patalearán, pero todos sabremos que por más que lo vimos nada hicimos por ayudar. La vecina relinchante se ensuciará y probablemente muchos la criticarán, pero nadie hará nada por cambiar su realidad.
El nuevo vecino será criticado siempre por los antiguos, porque nunca entenderán lo que pasó, porque prefieren vivir de los recuerdos y mantenerlos físicamente con ellos. Tal vez nunca acepten al nuevo vecino, pero es porque su mente ya no es la de un niño. Porque el egoísmo de viejos recuerdos muchas veces es mayor que el de los nuevos y jóvenes momentos.
Algunos dicen que el Estado tiene que ver por ellos, otros dicen que cada quien es dueño de lo que tiene y no tenemos por qué ayudar. El Estado por su parte, cumple con nombrarlos PATRIMONIO CULTURAL HISTORICO DE LA NACION, porque por su antigüedad ostentan tan noble y cuasi maldita nomenclatura.
Le presento al vecindario completo: La señora con cables, nuestra noble Iglesia; la vecina relinchante, nuestra Plaza de Armas; el vecino de la Esquina, Calle Dos de Mayo e Independencia La Casa de Alguien ilustre que alguna vez habitó allí; y el vecino con niños El nuevo Parque en San Pedro de Lloc.
A excepción del Parque, SER NOMBRADO PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN PARA ESTOS VIEJOS VECINOS ES SIGNIFICADO DE MUERTE LENTA, AGONIZANTE, SIN AYUDA Y ABANDONO ABSOLUTO POR PARTE DE UN PAÍS INDIFERENTE Y DE UN VECINDARIO NO ACTUANTE.
Un vecindario que reclama cuando es demasiado tarde, un vecindario que sale y reza para construir plazuelas. Un vecindario que no actúa en el momento preciso. Un vecindario que considera que se ha desarrollado porque tiene sus paredes bien pintadas, un vecindario que considera que ha progresado porque así lo dicen sus líderes políticos. Políticos que piensan que hablar de obras y cemento es suficiente, políticos SIN VISIÓN INTEGRAL DE DESARROLLO, políticos que elegimos, políticos que no merecemos y políticos por los que espero no votemos. La próxima vez, sepamos escuchar y aprendamos a votar por nuestra vecindad…
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