sábado, 4 de junio de 2011
Conflicto electoral… Mi decisión nula para votar
Cáncer o SIDA, cáncer o SIDA, mi mente vacila y vacila pensando en cuál será la decisión de nuestro país, acerca de la futura enfermedad de la que deberemos padecer los próximos cinco años.
Por un lado Ollanta Humala, candidato de temer, no por lo que representa, sino por las incongruencias que durante estos dos meses ha venido demostrando sosteniblemente, el disparate de sus juramentos escritos, en un papel que aguanta todo, mas el cambio o no cambio de su primer plan, mezclado con su compromiso por el Perú y aderezado con su nueva hoja de ruta, no hace mas que confundir mas, no solo a aquellos que lo apoyaron en una primera vuelta, sino también a aquellos decepcionados que por uno u otro motivo han decidido ceder su voto a cualquiera de los males mortales que nos aquejan en este momento y al que daremos ingreso a nuestro cuerpo a partir del cinco de junio.
Las declaraciones de Abugattás diciendo que el primer plan de gobierno había cumplido su objetivo y ahora habría que cambiar a otro plan, me dejaron pensando en los niveles de improvisación además de incapacidad y de suma flexibilidad para cambiar el proyecto de la dirección por cinco años de un país en tan solo dos semanas para una segunda vuelta electoral.
Los constantes aciertos y desaciertos, gente que la apoya y gente que no, un sabio nobel, que merecía mi respeto, hasta que se decidió a intervenir en uno de los peores momentos políticos del país, así como personas arribistas que acostumbradas a vivir del poder y servirse de él, aprovecharon el repunte de nuestro mal o bien llamado cáncer o SIDA Humala para trasladarse, cuál ratas huyendo de un barco hundiéndose o cual pulgas o garrapatas huéspedes de cualquier mísero cuadrúpedo moribundo para trasladarse a otro con el único fin de seguir existiendo en ese zoológico estatal en el que se ha convertido nuestro gobierno. Con el respeto y las disculpas, claro está para muy ciertas nobles excepciones, que son dignas de mi retractación en este artículo.
Por otro lado el Cáncer o SIDA, Keiko, mujer que asta el momento viene, al menos desde mi punto de vista, mostrando cierta madurez política al saber guardar la calma en todo momento, comprendiendo muy bien la estrategia de la campaña psicológica y sobre todo transmitiendo claro un mensaje de coherencia y humildad. Aunque debo decir que discrepo enormemente de su plan, pues presupone el reforzamiento de planes sociales, para dar de comer a la gente gratis y vestirlos, programas sociales que en algún artículo anterior critiqué por enseñar estos al pueblo a estirar la mano y abrir la boca sin si quiera saber lo que significa trabajar o ganarse el pan con el sudor de la frente, como lo hacemos mucho de nosotros.
Por otro lado es lamentable, que se juzgue a un hijo por los errores de su padre, pero qué podemos esperar de una sociedad cucufata y mediocre como la nuestra. Es mi opinión, desmerecer comparaciones, pues la candidata hija de su padre, tiene un padre que cometió errores y está pagando por ellos privado de su libertad. Con el perdón de mis padres, no cabe en mi mente que la gente me señale o me juzgue como igual a mi padre o a mi madre, porque cometieron un error. Bajo la concepción por la que se le juzga a Keiko, entonces sería válido afirmar que, los hijos de los delincuentes, serán delincuente, los hijos de los violadores, serán violadores, los hijos de los pobres, serán siempre pobres, los hijos de los ricos serán siempre ricos, o que los hijos de los presidentes, serán todos presidentes. Comparaciones absurdas pero que para una gran mayoría de la población son valederas.
Lo único bueno que puedo sacas de la primera vuelta que, al menos un 60 por ciento de la población, no quería un gobierno de Ollanta Humala, y que al menos un 70 por ciento de la población no quería tampoco un gobierno de Keiko. La división de las fuerzas, generó la derrota de los fraccionarios y derivó en la victoria de los más hábiles, que supieron mantener silencio.
En fin, este cinco de junio son ya las elecciones y UNA VEZ MÁS USTED TIENE LA DECISIÓN, suerte con su elección y si le interesara saber mi opinión he decidido no votar por alguna otra opción. Seré consecuente con mi voto en la primera vuelta, y no daré mi voto a ninguno de los dos candidatos, pues no quiero ser cómplice de lo que al país le pudiera llegar pasar. Y que no se confunda esto con cobardía, que se interprete al contrario como madurez política. Si cada uno de nosotros fuéramos concientes con nuestro voto en la primera vuelta, tal vez y habría una esperanza para salvar al país del Cáncer y/o del SIDA. Y como lo dije antes y lo vuelvo a repetir, al final de cuentas, usted decida.
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